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Asi ahhhhg...
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Asi ahhhhg... —Solo hazlo despacio, ¿sí? —Sí, tranquila. —Dámelo, yo me lo pondré. —No, yo lo hago, abre tus piernas. —Está bien... ¿Así? —Un poco más. —¿Así? —Así. —Tú lo que querías era verme abierta, ¿verdad, cabrón?... ya te conozco. —Claro que no, solo era para ajustarlo bien a tu cuerpo y no lastimarte. Ni siquiera me fijé. —Ajá... —Pero bueno, ¿lo sientes cómodo?, ¿está bien? —Sí, así está bi... Ahhh... maldito. Ahhh ¡te dije que desp..! —Perdón, me equivoqué de botón, bajaré la velocidad. —N...No...No. —¿Qué? —No, no, por favor. —¿Por qué no? —Siento ri... rico. Me gusta. —¿Qué sientes? —P l a c e r. Me... me estoy m o j a n d o... mucho. —¿En serio? —S... Sí... Ahh... —Necesito que me lo compruebes. T ó c a t e y muéstrame los dedos, quiero saber qué tanto es. Ella así lo hizo: con torpeza y contracciones inesperadas abrió sus piernas, hizo sus b r a g a s de encaje hacia un costado, tocó su umbral el cual estaba chorreando y sintió la vibración en la yema de los dedos; sacó su mano y se la mostró. —Mira todo el desastre que traes entre las piernas. ¡Es demasiado! —Es que no pue... pue... do, es mucho p l 4 c e r. —Ya no puedes ni hablar bien, ¿verdad? Ella negó con la cabeza. —Mira tus dedos, aún siguen las hilachas de flujo colgando desde tu entrepierna. muy viscosos. Ella los miró con ojos como de sufrimiento. —Chúpalos. Come de tu miel. Alimentate, nútrete. Con temblor en las manos dirigió sus dedos hacia su lengua sedienta y los chupó hasta dejarlos completamente limpios. —¿Sabe bien? Ella asintió. —¿Ya viene? Volvió va a sentir. —¿Estás preparada? Apenas e iba a asentir por tercera vez, cuando él puso la velocidad máxima. Ella se dobló del vientre completamente. Tuvo qué sostenerse de la pared para no caer debido al éxtasis y temblor que sentía en todo su cuerpo. Entonces gritó. No le importó nada. No le importaba que la escucharan, o vieran, o hicieran lo que fuese con ella; estaba vuelta loca, estaba perdida, no le importaba un carajo nada más que sentir esa vibración entre sus piern4s; era imposible guardar compostura o pensar cosas sanas. Quería p l a c e r y mucho; quería l u j u r i a, quería s e x o, v £ ®g a; estaba muy desesperada, con ansias, jodida. Él se arrodilló en el piso y abrió la boca, y le dijo. —Aquí.... Ella asintió con las pocas fuerzas de su alma. Sus piernas no respondían, su boca estaba abierta, sus cejas distorsionadas y sus músculos tensos. —Pa...pi, ya... ya viene. Ya. Ya... Papi, ayúdame. Ya explotaré!!! Ya no... No puedo, parar. Yaaaa... YA..... Necesito... ¡Ya!!! Y se le salió toda el alma, todo el éxtasis, todos los f l u j 0 s, todos los gritos y todas las ganas acumuladas; Y él se le pegó a su abertura como si de ahí dependiera su p|n¢hé vida, como con sed, como si no tuviera qué desperdiciar ninguna gota... Y no la desperdició, bebió todo cuanto salió hasta quedar extasiados; Vacía ella.. Lleno él... Despegó la boca de su cuerpo y ella aún seguía rendida, con su mente en blanco y esa electricidad en todo su ser. Le extrajo el juguete de su interior y otro cúmulo de fluidos finales salieron, junto con otro espasmo y él le dijo... - Lo repetimos de nuevo...???? 💋  |
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5/11/2021 4:29 am |
rico
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